Reforzamiento de la seguridad del hogar por miedo al crimen e incivilización social. Estudio de caso en una comunidad políticamente polarizada en Caracas, Venezuela
Reinforcement of home security for fear to crime and uncivilized conducts. Study of a case at a politically polarized community in Caracas, Venezuela
Reforçamento da segurança do lar pelo medo ao crime e ao incivilização social. O estudo do caso em uma comunidade politicamente polarizada em Caracas, Venezuela
Wilmer José Téllez Acosta*
*Magíster en Gerencia de Programas Sociales. Profesor-instructor de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela. wtellez@ovecc.org
Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Téllez, W. J. (2015). Reforzamiento de la seguridad del hogar por miedo al crimen e incivilización social. Estudio de caso en una comunidad políticamente polarizada en Caracas, Venezuela. Revista Criminalidad, 57 (1): 91-102.
Fecha de recepción: 2015/02/12 Fecha concepto evaluación: 2015/02/26 Fecha de aprobación: 2015/03/31
Resumen
La teoría clásica y estudios empíricos recientes han evidenciado que la incivilización o desorden social es un potente factor predictor del miedo al crimen. El presente estudio se trazó como objetivo general realizar un análisis de dependencia sobre la protección del hogar por miedo al crimen, en una comunidad residencial urbana de equivalente tendencia ideológica-partidista, en función de variables como el sexo, inclinación política e incivilización social. Partiendo de un cuestionario suministrado a una muestra representativa de la población objeto de estudio, se utilizó el modelo logit que mejor ajustara los datos para analizar las razones de ventajas entre las variables independientes y la variable dependiente. Los resultados arrojaron que el grado diferencial de reforzar la seguridad en el hogar por miedo al crimen depende en buena medida de los niveles perceptivos de incivilización social. En cuanto al sexo e inclinación política, los datos no arrojaron suficientes evidencias para establecer una sustancial diferencia con sentir miedo al crimen.
Palabras clave: Crimen, miedo, victimización, desorden público (fuente: Tesauro de política criminal latinoamericana - ILANUD).
Abstract
Both classical theory and recent empirical studies have evidenced that uncivilized behavior or social uncivilization is a very powerful factor in predicting fear of crime. This study was prepared as a general objective; it was aimed at carrying out an analysis of dependency on home protection for fear of crime at an urban residential community with an equivalent ideological-partisanship tendency, according to variables such as sex, political inclination, and social uncivilized behavior. Starting from a questionnaire provided to a representative sample of the population under analysis, the logit model was used as the most capable of best fitting the data for analyzing the ratios of advantages between the independent variables and the dependent variable. Results obtained reveled that, to a large extent, the differential degree of home security reinforcement for fear of crime depends on social uncivilization perceptive levels. With respect to sex, gender and political inclination, data did not give sufficient evidence as to establish a substantial difference with respect to being fearful of crime.
Key words: Crime, fear, victimization, public disorder (Source: Tesauro de política criminal latinoamericana - ILANUD).
Resumo
A teoria clássica e os estudos empíricos recentes demonstraram que a incivilizaçãoou a desordem social é um potente fator preditor do medo ao crime. O estudo atual planejou como objetivo geral fazer uma análise da dependência na proteção do lar pelo medo ao crime, em uma comunidade residencial urbana da equivalente tendência ideológica e partidarista, baseada em variáveis como o sexo, a inclinação política e a incivilização social. Começou- se com um questionário fornecido a uma amostra representativa da população objeto do estudo, utilizou-se o modelo logit que melhor ajustara os dados para analisar as razões das vantagens entre as variáveisindependentes e a variáveldependente. Os resultados determinaram que o grau diferencial de reforçar a segurança no lar pelo medo ao crime depende pela maior parte dos níveis perceptivos da incivilização social. A respeito do sexo e a inclinação política, os dados nãodeterminaram evidências suficientes para estabelecer uma diferença substancial com sentir medo ao crime.
Palavras-chave: Crime, medo, vitimização, desordem pblico (fonte: Tesauro de política criminal latinoamericana - ILANUD).
1. Introducción
En la década de los 90 del siglo XX, la tasa de homicidios en Venezuela llegó a su ápice de 22 por cada 100 mil habitantes, mientras que la región capital triplicaba la tasa de homicidios a nivel nacional (Perdomo, Malpica & González, 1997: 16). Ya en el siglo XXI, la tasa de homicidios para el año 2003 ascendió de manera vertiginosa a 44 por cada 100 mil habitantes, mientras que al inicio de la segunda década del siglo XXI la tasa de homicidios se posicionó en 67 por cada 100 mil habitantes (Briceño-Leó, ávila& Camardiel, 2012: 61).
Por su parte, trabajos recientes del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) arrojaron, en un estudio de corte nacional, que 65 % de sus entrevistados manifestaron haber limitado actividades de recreación por temor a ser víctimas de algún delito. En los resultados se encontraron "conductas de inhibición por temor a ser victimizados en un 61% de los entrevistados en las horas o lugares donde se hacen las compras" (ávila, Camardiel & Briceño-Leó, 2012: 90). Las mujeres son las que más se inhiben de realizar actividades, en relación con los hombres, por temor a ser victimizadas.
Para el año 2009, el 33,4 % de hogares consultados en la Encuesta de Victimización y Percepción Ciudadana (ENVPC-2009) dijeron sí poseer cerraduras de seguridad/puertas o reja blindada como medida de seguridad; casi el 60 % aseguraron poseer rejas en ventanas y balcones, como medida de seguridad en el hogar, y solo el 13,82 % de los hogares consultados dijeron no poseer ningn sistema de protección de seguridad en el hogar (INE & Vicepresidencia de la República Bolivariana de Venezuela, 2010: 89). Estos altos niveles de seguridad en el hogar pudiesen ser considerados como un reflejo de la sensación de inseguridad que padece la población venezolana en el siglo XXI.
A primera vista, el miedo al crimen en Venezuela pudiese ser explicado por un vertiginoso ascenso delictivo; sin embargo, un informe de la Corporación Latinobarómetro, en el 2011, arrojó que el 61 % de los venezolanos consideraban la delincuencia como su principal problema, 33 puntos por encima de la media latinoamericana, que era de 28 % (Latinobarómetro, 2011: 71). Posteriormente, en un estudio focalizado en la seguridad ciudadana como principal problema de América Latina, Lagos & Dammert (2012) destacaron una incongruencia de 30 puntos entre la delincuencia como principal problema y la tasa de victimización en Venezuela, pues el 62 % de los consultados consideraban la delincuencia como su principal problema, pero solo un 32 % habían sido víctimas de algún delito (p. 31).
Lo presentado con anterioridad es un indicio armónico con la evolución de la teoría clásica del miedo al crimen, referente a que la victimización no es un elemento diametralmente explicativo del fenómeno. Por su parte, el mismo desarrollo empírico-teórico permite concebir el desorden social o incivilización como una variable potentemente predictora del temor y percepción criminal -y del crimen per se- (Hunter, 1978; Covington & Taylor, 1991; Valera, 2010; Kelling & Coles, 1996; Taylor, 1999).
El presente estudio se trazó como objetivo general realizar un análisis de dependencia relacionado con la respuesta a reforzar la seguridad en el hogar por miedo al crimen, enfocado en una comunidad residencial urbana de equivalente preferencia política-partidista, puntualmente en la comunidad UD-2 de Caricuao (Caracas, Venezuela), en función de indicadores relacionados con la incivilización, el sexo y la inclinación política. Partiendo de un paradigma deductivo, se verificaron una serie de hipótesis delimitadas con base en la teoría clásica del miedo al crimen para explicar la particularidad objeto de estudio.
2. Referencias teóricas
2.1. Victimización y vulnerabilidad
Dentro de la clásica visión de victimización formulada por Lewis y Salem en la década de los 80, se estableció una estrecha relación entre la tasa de criminalidad y el miedo al crimen, así como de otras reacciones congruentes con la actividad delincuencial. Más tarde, Gates y Rohe encontraron limitaciones en la capacidad explicativa del modelo de victimización, fundamentados en que el miedo al crimen no siempre estaba directamente relacionado con la tasa delictual o con la probabilidad de ser víctima (Gates & Rohe, 1987: 428, citado por Ogle, 1993).
En consonancia con lo anterior, una experiencia contemporánea en Europa determinó que aunque Hungría tenía una tasa más elevada de delitos que Rumania, este primer país presentaba un mayor temor a la victimización que el segundo (Andreescu, 2010), mientras que en México, e. g., con base en una encuesta de victimización en el área metropolitana, se encontró que el miedo al crimen depende sobre todo de la experiencia de haber sido víctima de un delito (Vilalta, 2010).
Independientemente de los estudios empíricos que se han desarrollado hasta el momento, en la misma década de los 80 se expandió el modelo de victimización introduciendo tres conceptos adicionales: percepción del riesgo a la victimización, victimización vicarious (lo que se conoce como victimización indirecta, como escuchar o conocer sobre una experiencia criminal) y la vulnerabilidad a la victimización (Ogle, 1993: 4).
En cuanto al modelo de la victimización indirecta, Taylor & Hale (1986) establecen dos puntos básicos asociativos al miedo al crimen. El primer punto refiere a una interpretación demográfica vinculada con el miedo producto de una vulnerabilidad hacia la violencia criminal, donde las mujeres y personas de avanzada edad están correlacionadas con el miedo al crimen porque reflejan una alta fragilidad física ante un hecho delictual. El segundo punto refiere a que un caso criminal genera "ondas de choque" ("shock waves"), que se propagan en la comunidad a través de las redes sociales locales (p. 156). Naturalmente, los medios de comunicación social tienen un papel estelar en propagar las experiencias criminales y, por ende, estas "ondas de choque".
Por su parte, Tartaglia & Zaccone (2012), desde un enfoque de reacción psicológica del crimen en una comunidad, sostienen que las personas con alto nivel de miedo al crimen son las que se perciben a sí mismas como más vulnerables (ante el crimen), como, e. g., las mujeres y ancianos (p. 58). En relación con el caso de la mujer, Ferraro (1995) destaca que su temor generalizable deriva sustancialmente por el miedo al asalto sexual que pudiese surgir de cualquier otra forma de victimización. Las mujeres, en especial las más jóvenes, son más temerosas de los crímenes sexuales, y este miedo es la sombra diaria de otros tipos de victimización (p. 123).
En referencia a la percepción de riesgo a ser víctima del crimen, un estudio de Ferraro (1995) resaltó que en la medida en que crece la distancia fuera del círculo vecinal o local, mayor es la percepción de riesgo a la victimización de las personas. Hindelang et ál. (1978, citado por Ferraro, 1995) detalló, en un trabajo sobre la tendencia del crimen en EE. UU., que las personas creían que el crimen a lo largo de la nació se incrementaba rápidamente; que crecía con menor rapidez en sus propias ciudades, en comparación con otras, y que el crimen era estable en sus propios vecindarios, lo que catalogó como el fenómeno del crimen-crece-con-la-distancia ("crime- is-rising-at-a-distance") (p. 46). Este elemento es relevante dentro del presente trabajo, porque la población objeto de estudio es una comunidad residencial urbana, donde se supone, de acuerdo con la conjetura crimen-crece-con-la-distancia ("crimeis- rising-at-a-distance"), que la implicación de temor debería ser menor que en lugares fuera de la comunidad (trabajo, recreación, universidades).
2.2. Incivilización social
Otro modelo explicativo del miedo al crimen se inclina por considerar ciertas características sociales y físicas de un vecindario (Gates & Rohe, 1987, citado por Ogle, 1993: 5). A través de ecuaciones predictivas para generar un modelo explicativo de la percepción de riesgo criminal, Ferraro (1995: 51) determinó que los vecindarios incivilizados eran un muy importante predictor de la percepción de riesgo; de manera puntual, los signos de incivilización física o social, como la indigencia, casas abandonadas, jóvenes sin supervisión, vecinos perturbadores. Estas variables estaban fuertemente asociadas al riesgo criminal, porque demarcarían la circunstancia ideal para que se cometa el acto criminal.
La incivilización tiene dos categorías: incivilización física, que refiere a un entorno físico desordenado, como un barrio o vecindario lleno de basura, ventanas rotas, carros abandonados, grafitis (paredes rayadas), e incivilización social, referida a comportamientos sociales perjudiciales, como la presencia de jóvenes alborotados, vecinos bulliciosos/escandalosos, indigencia, pedigüeños, ingesta de alcohol en espacios públicos (Ferraro, 1995: 15). Es pertinente señalar que el presente estudio se enfoca en la incivilización social.
En 1978, Hunter presentó un trabajo denominado "Los símbolos de la incivilización" (Symbols of incivility), ante la conferencia de la Sociedad Americana de Criminología (ASC, por sus siglas en inglés), donde el resultado en cuestión sigue siendo el miedo al delito. En este trabajo, Hunter destaca que los actos incívicos son mucho más frecuentes que la delincuencia (o victimización), y argumenta que no hay una secuencia relacionante del crimen y los signos de incivilización (poco alumbrado, vecinos perturbadores, ingesta pública de alcohol), sino más bien que la incivilización causa el crimen; lo anterior sugiere que esta producirá comunidades con altos niveles de delitos, los cuales se encuentran en comunidades deterioradas. Por lo tanto, colectividades con mayores tasas de delincuencia deben tener más extensos actos incívicos (Hunter, 1978; Taylor, 1999: 67-68).
La tesis presentada por Hunter en 1978 sustenta la decisión de concentrar la naturaleza empíricopositivista del presente estudio en la incivilización (social), más que en la victimización (a pesar de que Venezuela es un país con una notoria alta tasa de victimización criminal). En principio, porque la incivilización se presenta como un latente caldo de cultivo del crimen, o, dicho de otro modo, la victimización sucede en escenarios "idóneos" para delinquir, y es precisamente ese factor el elemento potenciador del miedo; claro está, un miedo lógico ante circunstancias que viabilicen el crimen (Cohen & Felson, 1979).
En consonancia con la tesis del desorden de Hunter, la teoría de "ventanas rotas" (Broken Windows Theory) plantea que cuando las condiciones de incivilización han estado en vigor durante algún tiempo, y el control basado en los residentes se debilita notablemente, se abren las posibilidades para que los delincuentes "serios" o "pesados" fuera de la comunidad tomen conciencia de las condiciones y empiecen a ver oportunidades para delinquir (Kelling & Coles, 1996; Taylor, 1999). Una de las consecuencias más alarmantes en comunidades incivilizadas es la progresiva pérdida del control social informal por parte de los vecinos, lo que naturalmente es un desapoderamiento de los líderes "positivos", que velan por el orden y la sana convivencia comunitaria.
Considerando experiencias regionales recientes relacionadas con la incivilización, Vilalta (2012) puso a prueba un modelo teórico fundamentado en cinco teorías criminológicas. Determinó que en el ámbito nacional, la teoría de la incivilidad tenía la mayor importancia predictiva sobre la sensación de inseguridad (señales de incivilización aumentan esta sensación), y se detectan igualmente dos determinantes que reducen la sensación de inseguridad: pertenecer al sexo masculino y tener confianza en la policía. Resultados similares, aunque en diferente proporción, se presentaron en experiencias locales en distintos períodos de tiempo. En Chile, Gallardo (2014) concluyó que las personas que reportan haber sido víctimas de algún delito o declaran tener altos niveles de temor, tendrían una mayor probabilidad de percibir desorden.
Por su parte, Sampson & Raudenbush (2001), con base en estudios realizados en EE. UU., no encontraron un soporte para la tesis de que la incivilización causa la criminalidad. Los investigadores señalan que si bien es cierto que vecindarios con altos niveles de incivilización están relacionados con elevados grados de violencia, su principal observación es que los niveles de desorden/incivilización varían en gran medida, en función de características estructurales de la comunidad, como, e. g., la pobreza o la concentración de inmigrantes. El foco de la experiencia de Sampson & Raudenbush es que el homicidio, como un indicador de violencia1, no está estrechamente relacionado con los niveles de incivilización. En general, el desorden-incivilización y el crimen tienen las mismas raíces; la fuerza que genera el desorden también produce el crimen; por lo tanto, características estructurales, como la cohesión comunitaria y el control social informal -y no los niveles de desorden-, son las que más afectan al crimen (p. 4).
2.3. Acerca de las estrategias policiales
El cuerpo policial es un componente medular del sistema de administración de justicia en una región, y, por lo menos en Latinoamérica, ha estado direccionado en las últimas décadas a prevenir el delito, más que a enfrentarlo (Frühling, 2003; González, 2010). La función policial es transversal a los indicadores delictivos, por lo que agencias policiales han incorporado de manera progresiva la visión de reducir la violencia criminal fortaleciendo los espacios de sana convivencia. Cordner (2010) destaca la importancia de diseñar estrategias policiales que coadyuven a reducir la criminalidad, y paralelamente a disminuir el miedo al crimen, dándole importancia a los planes vinculados con el control social formal y atendiendo con prontitud las transgresiones mínimas.
Dentro de la teoría de ventanas rotas, se proponen cuatro elementos bases para reducir el crimen (y miedo al crimen): 1) abordar el desorden y las transgresiones mínimas (prostitución, venta ilegal de alcohol); 2) alta concentración de policías en zonas caracterizadas por el desorden; 3) vecinos involucrados más activamente en el control de las normas, y 4) que el crimen pase a entenderse como un problema comunitario, más que un problema policial (Kelling & Coles, 1996).
Por otro lado, la policía es una fuerza disuasiva de los factores criminógenos, incluyendo los indicios de incivilización (como la prostitución, el consumo público de alcohol o drogas, jóvenes vagos, pedigüeños o bulliciosos). Cohen & Felson (1979) plantean que el delito ocurre por tres elementos básicos: 1) una motivación para delinquir; 2) unas circunstancias ideales para delinquir, y 3) la ausencia de una fuerza capaz de impedir el delito. Si hay incapacidad para evitar los elementos de incivilización, que a su vez generan las circunstancias ideales para el crimen, probablemente se esté permitiendo la maduración de factores delictivos y se propague un sentimiento generalizado de inseguridad entre la comunidad.
¿Puede el trabajo policial reducir el temor criminal cerca del hogar? Moore & Trojanowicz (1988) señalan que las estrategias policiales recaían en tres aspectos básicos: 1) patrullaje en moto; 2) una rápida respuesta ante un llamado, y 3) una retrospectiva investigación criminal. Estos tres bastiones perseguían la intención de capturar al criminal y reducir el temor. Con el transcurrir del tiempo, las estrategias policiales para reducir la delincuencia -y transversalmente el miedo al crimen- se basó en un trabajo de acercamiento y de reconocimiento permanente en las comunidades2 (para una visió sobre esta relación policía-comunidad-sensación de seguridad en Brasil y Colombia, vid. Valera, 2010; en Argentina, Montbrun, 2010; en Uruguay, Pinto, 2010; en Venezuela, Antillano, 2007; Antillano, Fréitez, Granda & Gregson, 2010). El objetivo de esta estrategia de proximidad es establecer lazos de confianza entre policías-vecinos e incrementar la sensación de seguridad y sana convivencia en la comunidad.
2.4. Inclinación política: marco contextual
En relación con la inclinación política y el miedopercepción delictual, Tartaglia & Zaccone (2012) encontraron una fuerte relación entre las personas con actitud autoritaria como resultado de una orientación política, y su influencia en la reacción psicológica a la delincuencia, puntualmente en lo que se refiere al miedo al crimen (ß = 0,37). Los autoritarios perciben el mundo como un lugar amenazante y piensan con facilidad que tanto ellos como la sociedad están en peligro. La orientación política con tendencia "derechista" influyó en la agresión autoritaria, pero no afectó de manera directa las reacciones psicológicas a la delincuencia. Las autoras consideran interesante este hallazgo, porque muestra cómo las reacciones a la delincuencia se ven influenciadas por la actitud autoritaria de los "derechistas", pero no son efectos directos de una orientación política de derecha. Otro resultado destacable es que la preocupación por la delincuencia se ve influenciada positivamente por la agresión autoritaria (ß = 0,45) y por ser mujer (ß = 0,16).
Tradicionalmente, las tendencias "derechistas" e "izquierdistas" están asociadas con una difuminada clasificación social -y visión socioeconómica-. En Venezuela, el precursor de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez (1998-2012), sentaba en sus discursos que sus seguidores eran los pobres (agrupados bajo una visión de "izquierda"), mientras sus enemigos políticos eran los ricos (agrupados en partidos "derechistas"). Lo antes expuesto es un sedimento vertebral del proceso político venezolano del siglo XXI.
Quizás el antecedente venezolano más importante relacionado con la disposición de la fuerza policial para mantener "a raya" al criminal era la Ley de Vagos y Maleantes, cuyo origen se remonta a 1956. Esta normativa consistía en la detención "preventiva" de personas que no cometieron delitos, pero que representaban una condición amenazante (Ungar, 2003). El pobre siempre era objeto de contemplación por parte de las autoridades de un estado precriminal. La Ley de Vagos y Maleantes se posicionó en la palestra pública como un mecanismo de la "derecha" para reprimir al pobre ("izquierdista").
En el presente estudio no se exponen suficientes evidencias empíricas-teóricas de que simpatizantes de la "derecha" pertenezcan a estatus de menor vulnerabilidad socioeconómica que los seguidores de la "izquierda", o que los "derechistas" sientan mayor temor al crimen ante una clase social inferior. Sin embargo, las posiciones entre las personas "derechistas" e "izquierdistas" en la Venezuela del siglo XXI son generalmente antagónicas, es decir, la polarización política ha generado una resistencia en los puntos medios, y más aún en aquellos temas de orden social.
Para Kessler (2009), el temor al crimen está supeditado al grado de confianza que se tenga en la capacidad institucional de hacerle frente a un problema público, en este caso a la criminalidad. Por lo tanto, de acuerdo con el contexto sociopolítico nacional, interesa observar si existen diferencias en cuanto a reforzar la seguridad del hogar por temor al crimen según la inclinación política (oposición u oficialista), o si, por el contrario, este indicativo suaviza la condición polarizante y constituye un punto de encuentro referido a uno de los principales problemas nacionales (Latinobarómetro, 2011 y 2013).
3. Método
3.1. Población y muestra
La población objetivo de estudio corresponde a una comunidad residencial urbana con alto registro delictual, ubicada en la Unidad de Desarrollo endógeno 2 (UD2) de la parroquia Caricuao (municipio Libertador del Distrito Capital, Venezuela), específicamente desde el bloque 20 hasta el 28, donde, según su último registro electoral para elecciones presidenciales (2013), tuvo una paridad entre votantes oficialistas y opositores.
Se construyó un marco muestral de 264 direcciones telefónicas, correspondiente a la población objetivo, proveído por una importante empresa telefónica nacional. De esta manera, se garantizó que cada unidad de estudio tuviese la misma probabilidad positiva y conocida de ser elegida dentro de la muestra.
Partiendo de un diseño muestral con error de 5% y un nivel de confianza de 90 % (P = 50 %), se seleccionaron, a través de un Muestreo probabilístico Aleatorio Simple (MAS), 134 direcciones (n) telefónicas3, donde se pudiese contactar a la unidad de análisis, que son las personas de las cuales se buscó la información que requiere el estudio; la unidad de observación fue el informante, definido como cualquier miembro del hogar, mayor de 18 años, que se encontrara en capacidad de suministrar la información requerida.
Para la recolección de los datos se utilizó la técnica de encuestas -vía telefóica-, empleando un cuestionario de preguntas cerradas de naturaleza politómicas (reforzar la seguridad en el hogar por temor al crimen e incivilización social) y dicotómicas (sexo e inclinación política). El levantamiento de la información se llevó a cabo entre el 26 de enero y el 6 de febrero del 2015.
3.2. Variables e hipótesis
Las variables consideradas en el estudio, de acuerdo con la revisión de la literatura sobre el miedo al crimen, serían las siguientes:
Variable dependiente-predictora:
Reforzar ventanas y puertas del hogar por miedo al crimen: El temor o miedo al crimen es un elemento emocional que lleva a tomar posiciones racionales (ante el miedo a ser robado, refuerzo la protección de mi hogar o me abstengo de caminar sin compañía de noche por la calle). En relación con su naturaleza, Kessler (2009) afirma que "la emoción no puede tener un valor explicativo autónomo, sino que se relaciona con un marco que le da sentido" (p. 38). Interesa saber aquí si el respondiente está muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA), si no está ni de acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni) o si está en desacuerdo o muy en desacuerdo (EDA/ MEDA) con el reforzar ventanas y puertas del hogar por temor al crimen.
Variables independientes:
Sexo: Interesa conocer si el respondiente es de sexo masculino o femenino.
Inclinación política: La vida política venezolana en el siglo XXI ha estado polarizada en dos grandes bloques: los oficialistas (chavistas o personas que se caracterizan por ser de "izquierda") y opositores (antichavistas o que se caracterizan por ser conservadores o de "derecha"). De acuerdo con las visiones antagónicas del país entre los simpatizantes de estos bloques partidistas-ideológicos, interesa conocer la inclinación política del respondiente (oficialista u opositor) para establecer una relación causal con el miedo al crimen.
Consumo público de alcohol-droga (consumo público de alcohol y/o droga como problema en la comunidad): como un signo de incivilización social, interesa conocer si el respondiente está muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA), si no está ni de acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni) o si está en desacuerdo o muy en desacuerdo (EDA/MEDA) con que el consumo público de alcohol y/o droga es un problema en la comunidad.
Jóvenes vagos y/o pedigüeños (jóvenes vagos y/o pedigüeños son un problema en la comunidad): como un signo de incivilización social, interesa conocer si el respondiente está muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA), si no está ni de acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni) o si está en desacuerdo o muy en desacuerdo (EDA/MEDA) con que jóvenes vagos y/o pedigüeños son un problema en la comunidad.
3.3. Hipótesis
De acuerdo con la revisión de la literatura, las conjeturas empíricas y/o teóricas han establecido una relación de causalidad entre el miedo al crimen y la percepción que se tiene de un entorno social incivilizado. En cuanto a la inclinación política, la razón de la división de clases sociales, la tendencia conservadora-derechista se inclinaría a sentir mayor temor al crimen como consecuencia de una percepción de vulnerabilidad ante una clase inferior. Con respecto al sexo, la vulnerabilidad física de la mujer la coloca como el género de mayor temor a la victimización. Finalmente, lo que se desea explicar es el grado de apoyo al planteamiento "reforzar las puertas y ventanas en el hogar por miedo al crimen". Se detallan a continuación las siguientes hipótesis de investigación:
Hipótesis 1: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con el sexo, donde el femenino siente mayor vulnerabilidad ante el crimen, por su fragilidad física y las vinculaciones de orden sexual en la victimización.
Hipótesis 2: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con la inclinación política. La tendencia conservadora-derecha siente mayor temor al crimen.
Hipótesis 3: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con la percepción que tiene el respondiente sobre el consumo público de alcohol y/o droga en la comunidad. Mientras más se esté de acuerdo con que el consumo de alcohol y/o droga es un problema en la comunidad, mayor será el temor al crimen.
Hipótesis 4: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con la percepción que tenga el respondiente sobre jóvenes vagos y/o pedigüeños en la comunidad. Mientras más se esté de acuerdo con que la presencia de jóvenes vagos y/o pedigüeños es un problema en la comunidad, mayor será el temor al crimen.
Estrategia de análisis
Para determinar el grado en que las modalidades de las variables explicativas se ven diferenciadas o no en relación con la variable explicada (reforzar la seguridad en el hogar), se tomó como base un modelo logit, debido a que esta herramienta permite cuantificar el efecto de un factor respuesta con uno o más factores predictores. En el caso particular de la comunidad objeto de estudio, se comprendió una relación temporal sin dirección entre la observación de los factores predictores y la del factor respuesta, es decir, las dos observaciones ocurrieron en forma simultánea.
Una vez identificado el modelo logit que mejor ajusta los datos según el estadístico razón de verosimilitud (bondad de ajuste), de acuerdo con una revisión preliminar del mejor modelo log-lineal (estimación indirecta), se analizaron las razones de ventajas para realizar una interpretación en términos del cambio proporcional (aumentando o disminuyendo), que se producen en la ventaja correspondiente de la variable explicada (temor al crimen -reforzar puertas y ventanas del hogar por miedo al crimen-) por cada unidad de cambio de las variables explicativas (sexo, inclinación política, consumo público de alcohol-droga como problema y jóvenes vagos-pedigüeños como problema).
En cuanto al funcionamiento del logit, la combinación lineal de los parámetros que se obtienen "expresa los logaritmos de las razones (odds) esperadas de las variables dependientes, y no la frecuencia esperada de casillas, como en los modelos logarítmicos lineales" (Correa, 2002: 143-144). En cuanto a la distribución, las frecuencias de cada combinación de modalidades/niveles de las variables independientes tienen una distribución multinomial.
Los resultados se presentarán según el cociente de razón y su logaritmo. Como señala Correa (2002: 145), los logaritmos de estas ratios son los parámetros del modelo logit, por cuanto más cercanos a cero sean, menos significativos será la diferencia entre las modalidades de las variables independientes-explicativas respecto a la variable dependiente-explicada. "Un parámetro igual a 0 responde a un cociente de 1, lo que indicaría que las ratios de los distintos niveles (modalidades) de las variables independientes son iguales" (p. 145). Se tomó como "línea base" la última modalidad de cada variable categórica (en nuestro caso muy en desacuerdo o en desacuerdo -MEDA/EDA- para las variables relacionadas con reforzar el hogar por seguridad e incivilización, mujer en el caso de sexo, y oposición en el caso de inclinación política), con la finalidad de compararlas con las razones de las categorías restantes (vid. Aguilera, 2006).
4. Resultados y discusión
El procedimiento para escoger el mejor modelo logit se basó en ajustar el mejor modelo log-lineal, distinguiendo entre variables independientesexplicativas y la variable dependiente-predictora; ambos grupos de variables de naturaleza categóricacualitativa. A partir del análisis estadístico de razón de verosimilitud de dos modelos que ajustaban adecuadamente los datos (bondad de ajuste), se eligió trabajar con el modelo aditivo [Ipol, Cepal, Jvp, Sex]4 por el principio de parsimonia relacionado con la simplificación del modelo. Al revisar los residuales y los índices residuales G2 y X2, se constató que ningún residual ajustado era distinto a 0 en forma significativa, y que G2 y X2 no son significativos (0,05); por lo tanto, el modelo logit se ajusta globalmente bien.
En relación con la estimación de los parámetros, se centró la atención en aquellos correspondientes a la interacción de cada variable independienteexplicativa (sexo, inclinación política, consumo público de alcohol-droga como problema y jóvenes vagos-pedigüeños como problema) con la dependiente- explicada (temor al crimen -reforzar puertas y ventanas en el hogar por miedo al crimen-), es decir, se trabajó sobre los efectos principales. Por último, se interpretarán nicamente los exponenciales de aquellos parámetros con un valor z >= 1.96 (tabla 1).
A continuación se presenta la contrastación de hipótesis, de acuerdo con los resultados de las razones de ventajas:
Hipótesis 1: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con el sexo (aceptada).
Según los parámetros, la ventaja de estar muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA), en lugar de estar muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/ EDA), con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, es 0,65 veces menor en el sexo masculino que en el femenino, lo que sugiere que las mujeres son levemente más proclives a resguardar más el hogar que los hombres. Cuando se exploran las consideraciones de no estar ni de acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni) con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, en relación con estar muy en desacuerdo o desacuerdo (MEDA/EDA), el sexo masculino supera al femenino dos veces, lo que quiere decir que los hombres tienden a aventajar a las mujeres en cuanto al nivel de incertidumbre o indecisión de incrementar medidas de seguridad en el hogar por miedo al crimen.
Hipótesis 2: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con la inclinación política (aceptada).
La ventaja de estar muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA), en lugar de estar muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA), con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, es 0,1 veces menor en las personas de inclinación oficialista (chavistas) que en las de inclinación opositora. Este resultado brinda evidencia de que existe una minúscula diferencia (insignificante, para ser más contundente) entre adoptar medidas de protección en el hogar según la inclinación política; lo que llama la atención es el estrecho margen de ventaja entre dos visiones político-partidistas usualmente antagónicas. La ventaja de no estar ni de acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni), en relación con muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA), con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, no es significativa; por lo tanto, se presume que no existen diferencias entre estos niveles de temor al crimen.
Este contraste permite delimitar que por una estrecha diferencia, las personas de inclinación opositora tienden a estar más de acuerdo con reformar la seguridad en el hogar por temor al crimen.
Hipótesis 3: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con la percepción sobre el consumo público de alcohol y/o droga en la comunidad (aceptada).6
La ventaja de estar muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA), en lugar de estar muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA), con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, es 5,0 veces mayor en personas que están muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA) con que el consumo de alcohol y/o drogas en la comunidad es un problema, en relación con los que están muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA).
Percibir como problema el consumo público de alcohol y/o droga en la comunidad es un rasgo de incivilización social; por lo tanto, el nivel de temor que genera esta situación se traduce en respaldar medidas de protección del hogar, en comparación con aquellas personas que no perciben el consumo público de alcohol y/o droga como problema, bien sea porque no hay señales de que esto sea así, o porque perciben que ingerir alcohol y/o drogas públicamente no es un problema.
A continuación, la ventaja de no estar ni acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni), en lugar de estar muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA), con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, es 25,0 veces (sig. 0,001) mayor en personas que consideran que el consumo público de alcohol y/o drogas en la comunidad es un problema (MDA/ DA), en relación con los que están muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA). Estos resultados pareciesen ser contradictorios, pues la irregularidad en definirse a favor o en contra de reforzar ventanas y puertas por miedo al crimen (Ni-ni) presenta un valor muy elevado, en comparación con las personas que sí consideran el consumo de alcohol y/o droga como problema (MDA/DA).
Lo anteriormente expuesto refleja que no existe un proporcional crecimiento de miedo al crimen en el hogar a medida que se incrementa la percepción de consumo público de droga y/o alcohol, aunque sí hay una sólida evidencia de que existe diferencia sustancial en sentir temor al crimen de acuerdo con el nivel de percepción de consumo público de alcohol y/o droga.
Hipótesis 4: existe diferencia en sentir miedo al crimen de acuerdo con la percepción sobre jóvenes vagos y/o pedigüeños en la comunidad (aceptada).
La ventaja de estar muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA), en lugar de estar muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA), con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, es 11,4 veces mayor en personas que están muy de acuerdo o de acuerdo (MDA/DA) con que jóvenes vagos y/o pedigüeños en la comunidad es un problema, en relación con los que están muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA).
Por otro lado, la ventaja de no estar ni de acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni), en lugar de estar muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA), con reforzar ventanas y puertas en el hogar por miedo al crimen, es 4,5 veces mayor en personas que no están ni de acuerdo ni en desacuerdo (Ni-ni) con que jóvenes vagos y/o pedigüeños en la comunidad son un problema, en relación con los que están muy en desacuerdo o en desacuerdo (MEDA/EDA).
Aquí los resultados son más congruentes con la teoría, pues a medida que se incrementa el grado de incivilización, se aumenta el grado de respuestas a proteger el hogar por miedo al crimen. En este caso, la razón de ventaja aumenta en la medida que se considera que jóvenes vagos y pedigüeños son un problema en la comunidad.
5. Conclusión
Los resultados provenientes de una encuesta telefónica aplicada a una población residencial urbana políticamente polarizada, evidencian que el mayor grado diferencial de reforzar la seguridad en el hogar por miedo al crimen recae en los niveles perceptivos de incivilización social en la comunidad, lo cual reafirma las diversas teorías expuestas en el presente estudio, que consideran la incivilización como un potente factor explicativo del miedo al crimen.
En cuanto a las personas que consideraron como problema el consumo público de alcohol y/o droga en la comunidad, su respaldo al planteamiento de reforzar las medidas de seguridad en el hogar por temor al crimen es mucho mayor que el de las personas que no consideraban el consumo público de alcohol y/o droga como problema en la comunidad. Esto, a su vez, puede tener dos lecturas: no consideran el consumo de alcohol y/o drogas como problema, porque no hay evidencias de este comportamiento en la comunidad, o porque no consideran un problema el hecho de que la gente consuma públicamente alcohol y/o droga. En cualquiera de los dos casos, esta percepción social define el grado de temor criminal.
Otro elemento que refuerza la asociación del miedo al crimen y la incivilización social, es que las personas que mantienen puntos medios (Ni-ni) sobre si los jóvenes vagos y/o pedigüeños son un problema en la comunidad, temen casi tres veces más al crimen que quienes no consideran que jóvenes vagos y/o pedigüeños sean un problema en la comunidad. Esta ventaja crece casi cinco veces en las personas que sí consideran que jóvenes vagos o pedigüeños son un problema en la comunidad. En conclusión, existe suficiente evidencia de que a medida que aumenta el grado de percepción de incivilización, crece el grado de miedo al crimen, que conduce a resguardar el hogar.
La inclinación política venezolana (oficialista u opositor) y su relación con el miedo al crimen presentó un resultado inesperado, no por la segmentación, sino por la magnitud o grado diferencial. La teoría y los antecedentes nacionales estipulaban que las personas de clases sociales bajas -frecuentemente vinculadas al oficialismo-chavismo- iban a registrar una ventaja amplia sobre los opositores -a menudo vinculados con los estratos sociales medios-altos- en cuanto a no temer al crimen. Aunque, de hecho, el resultado confirmó esta hipótesis, lo interesante es la ínfima diferencia, prácticamente insignificante desde el punto de vista sociopolítico.
Este resultado sobre la inclinación política en Venezuela y el miedo al crimen, respalda la visión generalizada de que la delincuencia no distingue entre "rico y pobre", ni entre "chavista u opositor"7. La alta actividad criminal en Venezuela sugiere que no hay ningún motivo para pensar que alguien puede estar a salvo, más cuando la violencia criminal a nivel nacional es interclase e intraclase social.
La población objeto de estudio, por lo visto, está muy en cuenta de lo señalado con anterioridad, y puede ser un elemento causal del porqué más bien no hay mucha diferencia en sentir temor, independientemente de la preferencia política. A pesar de que se acepta la hipótesis de diferencia entre reforzar la seguridad en el hogar por miedo al crimen, de acuerdo con la inclinación política, no hay evidencia sólida de que la preferencia ideológica-partidista explique en forma sustancial esta respuesta ante el temor a la victimización.
El sexo era una variable demográfica cuyo resultado quizás era el más predecible, de acuerdo con la base empírica y teórica de la literatura clásica del miedo al crimen. Sin embargo, al igual que sucedió con la inclinación política, los resultados fueron inesperados. Aunque se evidencia que el sexo femenino siente más temor al crimen, respecto al sexo masculino, los resultados sugieren un margen muy estrecho, que no permite considerar el sexo como una variable sustancialmente explicativa de una respuesta de protección en el hogar por miedo al crimen.
Un fundamento referencial pertinente a este mínimo grado diferencial de miedo al crimen entre hombres y mujeres, es que cuando se busca una respuesta al interrogante ¿quiénes son las víctimas tradicionales de la violencia criminal?, Briceño-Leó, desde una perspectiva latinoamericano, señala que es el hombre, joven y pobre (2009: 22), y desde una perspectiva caraqueña (Venezuela), el hombre, joven y pobre (Briceño-Leó, Camardiel & ávila, 1998, citados por Briceño-Leó, 2007: 564). Adicionalmente, pudiese influir un componente cultural de protección por parte del hombre, donde relaciona el temor a la victimización más con su núcleo familiar que con su individualidad.
Notas
1 Para el caso venezolano, el homicidio -variable dura en materia delictual- es el centro de atención dentro de los análisis situacionales, estructurales e institucionales de la violencia criminal a nivel nacional y regional.
2 La proyección de un cuerpo de seguridad enfocado al trabajo conjunto con la comunidad tuvo una gran expansión en los EE. UU., Canadá y en algunos países europeos en las décadas de los 70 y 80. En Chicago (EE. UU.), e. g., se desarrolló el Chicago Alternative Policing Strategics (CAPS), el cual se centraba en organizar encuentros permanentes entre los policías y los líderes comunitarios para identificar y priorizar los problemas delictivos y de desorden social (Skogan, citado por Valera, 2010).
3 Estas 134 direcciones telefónicas, que conforman la muestra, se seleccionaron a través de la herramienta matemática de aleatorización (sin reemplazo) de Excel 2013.
4 G2 = 47,126, gl = 58, sig = 0,846.
5 Exponencial o anti-logaritmo de -0,5 = 0,6 (vid. tabla 1).
6 Es importante señalar que en la tabla 1 se detallan las líneas bases (0 = x), que son las modalidades con las que se comparan las razones de ventajas (probabilidad de ocurrencia) en relación con cada modalidad restante de la VD y las VI. Es oportuno reiterar que en los modelos logit, cuando se identifica una variable respuesta (dependiente), los factores restantes solo tienen interés en la medida en que expliquen la variable respuesta, y no interesa la estructura que pueda existir entre ellos.
7 Esta visión se trata más de una conseja popular venezolana que de una teoría científica.
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