Editorial

Un laboratorio para la paz

Fortalecer la investigación criminal es uno de los cuatro horizontes del Plan Estratégico 'Comunidades Seguras y en Paz', punta de lanza del Proceso de Modernización y Transformación de la Policía Nacional de todos los colombianos, cuyo fin último es contar con una institución acorde con los retos y necesidades del posconflicto.

Bajo esa premisa, la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN) inició un ejercicio de cambio anclado en el pensamiento sistémico y una visión holística del servicio, que permitió generar consensos sobre un rediseño organizacional fundamentado en tres pilares: desconcentración de la capacidad a nivel regional, tratamiento diferencial con enfoque territorial y cobertura del servicio como garantía del acceso a la justicia por parte del ciudadano.

Una de las jefaturas de mayor trascendencia será la de la Policía Científica y Criminalística. Sin duda alguna, la criminalística y las ciencias forenses se constituyen en los componentes de investigación criminal más eficaces en la búsqueda de la verdad y la justicia.

Y para contribuir de manera eficaz a buscar e identificar a los miles de desaparecidos que dejó el conflicto armado, la DIJIN cuenta con el Laboratorio de Identificación Humana Especializada.

Este equipo, integrado por expertos en antropología, genética, odontología, química y balística, ha efectuado más de 3.200 diligencias de búsqueda en todo el territorio nacional, y recuperado 1.700 cadáveres, entre ellos el de Carlos Castaño Gil, el otrora poderoso jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), organización responsable del desplazamiento de más de un millón de colombianos. También fue el encargado de encontrar las once víctimas del llamado 'Monstruo de Monserrate', en Bogotá. Esta capacidad humana y científica no solo permite recuperar los cuerpos. También los identifica plenamente y los entrega a sus familias, que por años vivieron la pesadilla de la incertidumbre por no conocer el paradero de sus seres queridos. Esto les permite hacer el duelo y mitigar en algo el dolor que les dejó la barbarie.

Cada detalle es fundamental en esta noble tarea. Con la ayuda de palustres, pinceles y una paciencia infinita, los investigadores logran que de la tierra broten escapularios, pedazos de camisas, cinturones, manillas, zapatos, billeteras, medallas religiosas... El objetivo, ponerles rostro, un nombre y un apellido a estos elementos, convertidos en testigos silenciosos de la crueldad humana.

De cara al posconflicto, el laboratorio se viene preparando para seguir contribuyendo a las crecientes demandas de colombianos que reclaman verdad, justicia y reparación. Por eso, se creó la plataforma SIGAN (Sistema de Información Geográfica en Antropología Forense), que permite realizar una planificación adecuada de las diligencias de exhumación, teniendo en cuenta desde las condiciones climáticas hasta las acciones de alteración del orden público.

Su propósito es facilitar la construcción y resolución de hipótesis de identificación en el laboratorio, ya que hace accesible la información de campo al antropólogo que está liderando el análisis del cadáver esqueletizado; además, es una herramienta que garantiza el derecho de las víctimas a conocer el estado de avance de los procedimientos de identificación, por medio de una consulta a través de la web.

El Laboratorio de Identificación Humana Especializada, creado hace más de diez años por la Policía Nacional para contribuir a la ubicación de fosas ilegales e identificación de víctimas, se constituye en otro de los grandes aportes de nuestra institución para seguir trabajando "Por una Colombia Segura y en Paz".

General Jorge Hernando Nieto Rojas

Director General de la Policía Nacional de Colombia